Clásicas, riquísimas y maravillosas, ¡las galletas! ~ Tartañam

Si tuviéramos que contar todas las galletas que hemos creado desde que abrimos Tartañam, ¡la lista sería infinita! Como ya comentamos en la última entrada de este blog, el gran reto que nos pone siempre a prueba son las tartas… ¡Pero las galletas tampoco se quedan atrás! Hasta día de hoy hemos horneado muchísimas, de diferentes formas, tamaños y colores. Las galletas son claramente un acierto y siempre dan ese toque ideal e original a cualquier evento que se presente. Unas de las últimas que horneamos fueron para nuestros amigos de Acho Pijo Güear, unos chavales geniales que siempre se portan muy bien con nosotras; otras anteriores a éstas las hicimos para la gran GorriónParty donde lo pasamos fenomenal y conocimos a gente estupenda libre de prejuicios.

Hacer galletas es entretenido y una buena manera de relajar la mente. Pero sin duda la parte más divertida es decorarlas, si tienes un poquito de imaginación y creatividad, puedes hacer realmente unas autenticas obras de arte. Y hablando de artistas, no podíamos dejar de nombrar a la genialísima Arty McGoo y sus maravillosas galletas, sus creaciones son alucinantes y cada día nos sorprende con algo nuevo. ¡Wow!

¿Pero alguién sabe cómo nacieron las galletas? Si nos remontamos años y años atrás, comprobamos que éstas no surgieron como un dulce capricho o un tentempié para deleitar nuestros cinco sentidos, ni tampoco eran decoradas con ninguna gracia ni elaboradas con el menor cariño. Más bien consistían en una especie de pan con forma alargada que los marineros llevaban en sus largos periplos ya que eran fáciles de conservar y muy prácticas. Como podemos ver en la película de Disney Pocahontas, ¿os acordáis lo harto que estaba John Smith de comerlas cada día? Lo cierto es que no creemos que estuvieran demasiado buenas… ;-)

Así es, debido a su fácil conservación y larga duración, durante los siglos XVI y XVIII la galleta sustituyó al pan y se convirtió en el alimente principal de los marineros que pasaban meses y meses en alta mar hasta que llegaban a tierra aquellos afortunados que sobrevivían a estas largas expediciones.

Ya veis, llevan más de 5 siglos y todavía las seguimos haciendo porque nos encantan y nunca pasan de moda ¡Que el ritmo no pare y larga vida a las galletas!